“Según Sartre estamos condenados a ser libres porque nacimos con ese derecho, es nuestra naturaleza. Resulta difícil pensar en un pueblo que sufriendo de opresión no haya alzado su voz en un grito justo pidiendo libertad e igualdad. Quizás lo único bueno que resultó de la esclavitud fue el origen del concepto de libertad.
Este vocablo proviene del latín liber, que originariamente significaba “parte interior de la corteza de los árboles”, palabra latina de la cual también deriva el término libro, en cuya voz conservamos un recuerdo de la historia de la escritura, pues según Plinio el Viejo antes de que se conociera el papiro se utilizaron cortezas de árboles para escribir. Aunque estos términos, libertad y libro, compartan una misma raíz no existe una explicación seria que los relacione entre sí.
Se cree que el primer símbolo que representó el concepto de libertad fue escrito alrededor del año 2300 a.C. en una tabla de arcilla, en Lagash. Se trata de la palabra sumeria Ama-gi, que traducida literalmente significa “volver a la madre”. ¿Por qué? Resulta que cuando en la región sumeria de Lagash, el nuevo rey Urukagina asumió el poder, la ciudad estaba sumida en la miseria. Había estado gobernada por ciudadanos acomodados y sacerdotes corruptos. Las tasas de intereses eran elevadísimas y debían pagar por tareas tan comunes como esquilar una oveja o velar a un familiar. Por ejemplo, sepultar el cuerpo del padre de familia muerto costaba siete jarras de cerveza y 420 hogazas de pan. La situación favorecía a que las deudas aumentaban a gran escala, lo que obligaba que los padres vendieran a sus hijos como esclavos para poder pagar. Urakagina se deshizo de los recolectores de impuestos y bajó las tasas. Incluso, canceló los impuestos a los servicios básicos. Prohibió a funcionarios y sacerdotes tomar como pago las tierras o posesiones de otros y amnistió a los deudores. Redujo la burocracia llena de cargos innecesarios. Separó las funciones religiosas de las civiles, por lo tanto, como cuentan los cronistas de la época, “los sacerdotes dejaron de invadir los huertos de los hombres humildes”.
La intención de Urukagina era devolverle a la ciudad el estado de justicia que los dioses habían establecido. “Liberó a los habitantes de Lagash de la usura […] del hambre, y del asesinato.” Fue por primera vez en la historia de la escritura, al menos conocida hasta la actualidad, que se talló en caracteres cuneiformes la palabra con el concepto de libertad: Ama-gi. Era el símbolo de la libertad de vivir sin miedo ni opresión. Significaba “volver a la madre”, es decir devolver la ciudad de Lagash a un estado anterior de mayor pureza, que honrara los deseos de los dioses. Retornar a sus primeros tiempos, a un pasado idílico. Aquí se observa cómo la nostalgia por un pasado mejor que el presente irá de la mano en la idea de reforma social.”
Autor: Brenda Yenerich
Publicado el 27 de mayo 2011 en el blog literatura y etimologías, sección historia de las palabras recuperado el 4 de agosto del 2011 de http://brendayenerich.escritoresdepinamar.com/volver-a-la-madre/